30/3/11

Los sofistas

Protágoras de Abdera (480-410 a.C.).
Sofista de la Grecia antigua, famoso por acuñar la frase:

"El hombre es la medida de todas las cosas, de las cosas que son, en cuanto son, de las cosas que no son, en cuanto no son."

Teniendo como base para eso, sin duda, el pensamiento de Heráclito. La frase expresa perfectamente el relativismo del que fueron partidarios los sofistas.

Fue acusado de ateísmo, incluso sus libros fueron quemados en la plaza pública, motivo por el que tuvo que huir de Atenas, estableciéndose en Sicilia en donde murió.

Gorgias de Leontini (485-380 a.C.).
Natural de Leontinos, Sicilia. Junto a Protágoras forma parte de la primera generación de sofistas. Se considera que fue discípulo de Empédocles.

Tal como otros sofistas, mudaba de ciudad constantemente, practicando y dando demostraciones públicas de su conocimiento, cobrando por dichas presentaciones y por sus clases.

Su principal legado fue haber llevado la retórica desde Sicilia (considerada la cuna de la retórica) hasta África, así como de contribuir a la difusión del dialecto ático como idioma de la prosa literaria.

Se dice que a la edad de sesenta años fue enviado como embajador a Atenas, acabando por quedarse ahí, debido a la enorme popularidad de su estilo de oratoria y a los enorme lucros obtenidos por sus clases de retórica.

Gorgias fue responsable por innovaciones importantes en el campo de la retórica, por las cuales es considerado "el padre de la sofistica".

Al contrario de otros sofistas, Gorgias no enseñaba sobre la excelencia o la virtud. Creía, más bien, que no había una fórmula absoluta sobre la virtud.

Hipias de Élide (460- 399 a.C.).
Fue un sofista griego de las primeras generaciones, contemporáneo de Protágoras y Sócrates. La mayor fuente de conocimiento que poseemos sobre él procede de Platón.

Fue un hombre de carácter agrio, de gran versatilidad y de descomunal memoria. Se ganó el respeto de sus conciudadanos y discípulos de tal modo que fue enviado a varias ciudades dorias como embajador. En Atenas conoció a Sócrates y a otros grandes pensadores. Con la seguridad característica de los sofistas, se atribuía ser una autoridad en todos los temas y por lo mismo cosechó un enorme éxito económico.

Sin embargo, su talento no se encontraba en ofrecer conocimientos a sus alumnos sino en darles armas para la argumentación, haciéndoles sobresalientes para la discusión sobre cualquier tipo de tema.

Pródico de Ceos (465-395 a.C.).
Formó parte de la primera generación de filósofos sofistas, nació en un poblado de la isla egea de Ceos. Llegó a Atenas como embajador e hizo aportaciones importantes para la ética y la lingüística.

Se dice que fue experto en astronomía y que compuso una cosmogonía donde daba una visión de los dioses como meras encarnaciones de lo útil para el hombre. Por esa visión naturalista de la religión fue considerado ateo, así mismo, Platón lo describe como un pesimista.

Se le atribuye la autoría de la fábula de Hércules en la encrucijada, donde se pone de realce la visión del filósofo sobre la virtud.

29/3/11

Anaxágoras de Clazomene

Nace en Clazomene, antigua población griega del Asia Menor (actualmente Turquía), su nacimiento se sitúa en el año 500 a.C. y su muerte en el año 428 a.C. Pasó su juventud en su ciudad natal, la cual vivió bajo el sometimiento del imperio persa. Luego de la destrucción de Clazomene se trasladó a Atenas, donde se hizo maestro y amigo de Pericles, así como de otros atenienses ilustres. Precisamente la amistad con Pericles le granjeó enemistades que le llevaron a ser acusado de impiedad (por afirmar que el sol era una masa de hierro incandescente), por lo cual se vio obligado a abandonar Atenas, refugiándose en Lámpsaco (una colonia de Mileto) donde se dice que se dejó morir de hambre.

Expuso sus doctrinas en un libro del que apenas nos han llegado fragmentos, sin embargo sabemos que Anaxágoras se enfrentó al problema de intentar explicar el cambio admitiendo la permanencia del ser de Parménides. La solución que da Anaxágoras es una solución pluralista, afirmando que existen un número infinito de elementos y que cada uno posee las características propias del ser.

Esos elementos originarios o "semillas", como les llama Anaxágoras, se distinguen unos de otros de forma cualitativa. La mezcla de estas semillas es lo que constituye a los objetos de la experiencia, ya que en ellos hay partículas de todas las cosas. Eso explicaría la transformación de unas cosas en otras y en ese sentido debería entenderse que hay porciones de todo en todas las cosas.

Anaxágoras también concibe un elemento novedoso en el terreno de la especulación filosófica: el Nous o inteligencia. El movimiento de todas las partículas o semillas está sometido a esa inteligencia; sin embargo su papel queda reducido al de una mera causa inicial del movimiento, que una vez producido sigue actuando por sí mismo. Así pues, las partículas son sometidas por el Nous a un movimiento de torbellino que será la causa de la constitución de las cosas tal y como las conocemos.

Este Nous (Mente o inteligencia) es concebido por Anaxágoras como algo infinito y autónomo, así como algo separado de las semillas y de todas las demás cosas que existen, llamándole "la más fina y pura de todas las cosas, poseedor de todo el saber sobre cualquier asunto y del mayor poder".

27/3/11

Anaxímenes de Mileto

Anaxímenes nació en Mileto, aproximadamente en el año 585 a.C. y todo nos indica que murió en el año 524 a.C. Sabemos que fue discípulo y compañero de Anaximandro, así como el tercero y último de los representantes de la escuela de Mileto.

En su cosmología este filósofo se opone tanto a su maestro como a Tales, sin embargo toma de ellos ciertos elementos característicos para sustentar su propia idea sobre la cuestión del primer principio, a saber; acepta el concepto de ápeiron de Anaximandro, pero no en el sentido que lo definió su maestro, sino que a manera de Tales regresa a los elementos esenciales para postular que el principio de todas las cosas es el aire, apoyando su idea en el fenómeno de respiración de los seres vivos.

A pesar de que su pensamiento representa un retroceso con respecto a su maestro, hay que destacar que Anaxímenes introduce toda una teoría para dar sustento a su idea. No conforme con decir que todo deriva del aire, el filósofo introduce dos términos para explicar la cuestión; rarefacción y condensación. Así el aire se puede condensar y llegar al estado solido (hasta hacerse piedra), mientras que en el caso contrario, el aire puede calentarse a un punto que produce fuego.

Anaxímenes también comentó en torno al alma, sobre ella advirtió que sin duda era aire, para lo cual debió haberse apoyado nuevamente en el proceso de respiración.

Es innegable que en este filósofo hay todo un proceso de explicación que no encontramos en sus antecesores, lo cual le da su merito con respecto a los filósofos presocráticos, a pesar de que su idea por si misma no sea novedosa o un paso adelante en la cuestión filosófica.

Anaximandro de Mileto

Fue discípulo y continuador de la escuela de Tales. Nacido también en Mileto, se calcula que aproximadamente en el año 610 a.C. y que murió en el año 545 a.C. Fue un reconocido geográfo, matemático y astrónomo de la Grecia antigua.

Se le atribuye la creación de un mapa del mundo habitado (para uso de los navegantes milesios), así como la dirección de una expedición colonizadora a Apolonia, igual que de la introducción en Grecia del reloj solar y un intento por calcular las distancias entre las estrellas.

Se dice que fue el primero en poner en prosa sus ideas, en un tratado titulado "Sobre la naturaleza", sin embargo es aventurado afirmarlo ya que no ha llegado hasta nuestros días ningún fragmento de la pieza y era común en aquella época atribuir a los grandes pensadores obras precisamente con ese nombre.

Al igual que Tales, Anaximandro también buscó el “elemento primordial” a partir del cual se ha generado toda la realidad, pero a diferencia de su maestro, él consideró que ninguno de los elementos conocidos podía ser dicho elemento primigenio. Por ello afirmó que tal principio era algo a lo que denominó ápeiron; un ser insurgido, indefinido, indeterminado e inmortal.

Así mismo, sostuvo que el mundo esta constituido por una eterna lucha de contrarios que se auto-excluyen, por lo que el tiempo se vuelve el juez que permite que impere cada cual en su respectivo momento. De ahí que Anaximandro considerase que si un elemento cometía injusticia frente a otro, debía existir un pago por la justa deuda.

Dentro de la cosmología de Anaximandro también existe la idea de una pluralidad de mundos existentes, generados por un movimiento eterno mediante el que son separadas todas las cosas.

Tanto por su idea del ápeiron como de los “infinitos mundos” el pensamiento de Anaximandro revoluciona totalmente al de su maestro y sitúa al pensador como uno de los más destacados filósofos presocráticos.

Tales de Mileto

Considerado como el padre de la ciencia. Tales de Mileto es el primer filósofo de que se tiene registro, con él se marca el inicio de la filosofía en el mundo occidental, ya que es el primer hombre que intenta alejarse de las consideraciones míticas para explicar la realidad.

De ascendencia fenicia, Tales nació en la ciudad de Mileto, una colonia griega en el Asia Menor (en lo que hoy es Turquía), alrededor de los años 624 o 625 a.C. Se cree que pudo haber fallecido aproximadamente en el año 556 o 558 a.C.

Existe registro de que fue señalado como uno de los siete sabios de la Grecia Antigua, además de ser el fundador de la Escuela de filósofos de Mileto.

Su distinción en el terreno filosófico viene a raíz de que consideró el agua como la “sustancia primordial” que constituye al universo, es decir, el principio de todas las cosas; se cree que su idea pudo haberla deducido de la observación de como todo lo “vivo” necesita de agua para existir, sin embargo no hay registro de que ninguno de sus seguidores concordasen con esta idea, antes bien, cada uno de ellos (los más notables) idearon sus propias teorías cosmológicas sobre aquel que tendría que ser el elemento primordial.

Afirmó, también, que el imán y la piedra ámbar poseían alma, con lo que sentó el precedente de que todo a nuestro alrededor posee un alma, así como esta rodeado por dáimones.

No dejo ningún escrito sobre sus ideas y el único que existe con su nombre se le atribuye por que trata de asuntos que fueron de su interés. Se afirma que predijo un eclipse solar con suma precisión, pese a lo primitivo de los cálculos a ese respecto en aquella época, se dice además que señaló a los marineros el uso de la Osa Menor como una mejor guía para el viaje marítimo.

Se considera que viajó a Egipto en su juventud, quizás en ese viaje aprendió algunas cuestiones sobre geometría y cálculo, que luego llevó al mundo griego. Ya en su edad adulta regresó a su ciudad natal para dedicarse a estudios tan variados como la geometría, la astronomía y la naciente filosofía.

16/3/11

El Ser


"Lo que esta fuera del Ser no es Ser; el No-Ser es nada; El Ser, por tanto, es."

El problema del Ser inicia cuando el hombre se da cuenta que el mundo está lleno de seres a los cuales puede definir y explicar mediante conceptos, que a su vez se atan a otros conceptos que definen a otros seres, sin embargo llegado cierto nivel de contemplación nos topamos con un concepto que no es definido por otro y que es independiente de los demás; el Ser, aquel que tiene la capacidad de definirse así mismo frente a un medio.

El primer filósofo en colocar explícitamente el problema del Ser en el camino de la filosofía fue Parménides de Eleia (nacido alrededor del año 530 a.C. y el 515 a.C.), quien sostuvo que el Ser es ajeno a la generación y a la corrupción, es homogéneo, inmóvil y perfecto, pero sobretodo es inengendrado e indestructible y por lo mismo lo único que verdaderamente existe.

Parménides destaca que el atributo esencial del Ser, es su presencia: el Ser no fue, ni será, ni dejara de ser; el Ser no admite pasado ni futuro. El ser es presencia absoluta.

"El uno, que es, y que no es posible que no sea, es la vía de la Persuasión, pues sigue a la Verdad. El otro, que no es, y que necesario es que no sea, este te digo, es un sendero ignorante de todo. Porque ni puedes saber lo que no es, pues no es factible, ni expresarlo."

11/3/11

Problemas filosóficos

Al filosofar resulta relativamente facil percatarnos a nosotros mismos como seres participes de una totalidad (un conjunto de seres y cosas) a la que en la medida de nuestras posibilidades intentamos explicar. Sin embargo, es gracias a la filosofía que realmente somos capaces de explicar esa totalidad e incluso trascenderla, claro que ya adentrados en esos terrenos resulta inevitable que surjan, como en caudal, un sinfín de nuevas e intrincadas preguntas:

¿En qué consiste eso que llamamos Ser? ¿Hasta qué punto podemos saber y conocer? ¿Qué es el saber? ¿Qué es el conocer? ¿Qué es el hombre y que somos nosotros mismos? ¿Qué relación hay entre nuestra facultad de conocer y nuestras facultades de imaginar, sentir y querer? ¿Qué son los valores humanos como el de la justicia, la verdad, la bondad y la belleza? ¿Existe un Ser supremo que reúna en sí mismo todos los valores? ¿Qué relación puede haber entre ese Ser y el ser que somos? ¿Por qué somos y estamos en el mundo? ¿Qué sentido tiene la existencia? ¿Participa nuestro ser de algo intemporal y eterno o somos meramente seres temporales y finitos? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué es la historia? ¿Qué es la cultura y cuál es el sentido de las diversas formas culturales?

Luego de inquirir sobre todo esto y no encontrar respuesta, no nos queda otro remedio más que aceptar que aún no sabemos a pesar de todo lo que ya sabemos y, en segundo término, intentar problematizar estas cuestiones para encontrar principios que justifiquen eso que llamamos realidad y que sirvan incluso como fundamento para otro tipo de saberes.

3/3/11

Relación entre filosofía y ciencia

En los albores del pensamiento científico no existía más ciencia que la Filosofía, todo aquel que filosofaba era científico; lo mismo geómetra, biólogo que astrónomo.

Interesados por la sabiduría todos los grandes pensadores de la Grecia clásica filosofaban, al tiempo que esbozaban lo que habría de ser la Ciencia moderna.

Fue entre los siglos XVI y XVII que se dio la escisión entre las ciencias particulares (naturales en primera instancia) y el pensamiento filosófico. La Ciencia encontró su camino lejos del árbol filosófico; buscando explicar sus objetos de estudio por las causas inmediatas y enfocándose en partes concretas de la realidad, optó por explicar y predecir a la realidad.

La Filosofía, por su parte, prosiguió el estudio de sus objetos por sus razones últimas; intentando comprender a la realidad, para llegar a una visión del universo mucho más profunda que se acercarse a un conocimiento general, que sirviese de base al desarrollo de todos los demás fenómenos del pensamiento.

El que cada cual vaya por un camino diverso no significa que estén enemistadas, todo lo contrario. Filosofía y Ciencia intentan llegar al mismo punto, aunque divergen en métodos y objetivos convergen en propósito; intentar conocer eso que llamamos realidad.

Por lo mismo, la Filosofía interactúa con la Ciencia proporcionándole una función totalizadora y de fundamentación; todas las ciencias tienen que voltear a la Filosofía para encontrar su fundamento y en mayor o menor medida todas las ciencias necesitan integrar (totalizar) el conjunto de sus conocimientos.