27/4/11

Empédocles de Agriento

Empédocles nace en la ciudad de Agriento (Sicilia) alrededor del año 490 a.C., se cree que su muerte pudo haber acontecido en el año 430 a.C. en el Peloponeso, sin embargo gran parte de la biografía de este filósofo se ha visto envuelta entre el misterio y la leyenda. De cierto se sabe que fue médico, matemático, profesor, una suerte de profeta y defensor de la democracia.

Empédocles llegó a la conclusión de que es imposible suponer que todas las cosas provienen de un único elemento (como hicieron los otros filósofos presocráticos), además que su filosofía se caracteriza por manejar algunos principios evolucionistas, ya que consideraba que el mundo evoluciona por medio de procesos naturales y en el solamente sobrevive quien está mejor capacitado.

Es el primero de los filósofos pluralistas, puesto que defiende que la vida proviene de una multiplicidad, que definirá como las cuatro raíces o elementos; agua, aire, fuego y tierra.

Estos elementos son originarios e inmutables, por eso para constituir las cosas están sujetos a dos importantes principios; el principio de cohesión y el principio disociación, y dos son las fuerzas que dinamizan dichos principios; el amor (atracción) y la disputa (dispersión).

El amor y la disputa son responsables por la composición de todas las cosas existentes en el mundo, así cuando acontece la atracción tenemos el principio positivo, que Empédocles también llama de esfera o Dios, y cuando acontece el principio de la disociación tenemos el Caos.

En el terreno antropológico el filósofo afirma que el hombre es un microcosmos, porque en nosotros existen los mismos elementos que en el universo, por lo tanto podemos conocer lo que nos rodea, ya que; "lo semejante conoce a lo semejante”.

Con respecto al alma, retoma de los pitagóricos la idea de que esta pasa por un ciclo de reencarnaciones para liberarse y regresar al Olimpo.


26/4/11

La existencia


"La existencia no es más que un episodio de la nada."
Arthur Schopenhauer.

La existencia es la cualidad de todo lo que es real o existe. Se puede entender como un "estar en el mundo", nosotros y todas las demás cosas que nos rodean.

La palabra proviene del latín "existere" que se entiende como "aparecer", "mostrarse", "salir de". Por ende ex-sistir nos transmite la idea de algo que "siste" (algo que tiene ser) como algo que está fuera del mundo y sale (ex) de allí para existir, es decir, para manifestarse en el mundo.


22/4/11

El arte


Del latín ars, traducción latina del griego téchne, τέχνη (técnica), que en el discurso estético hace referencia a "crear", entendido como "poiesis"; que se refiere a todo proceso creativo o a la imitación producida en las obras de ficción (según Aristóteles).

A pesar de que el término tiene un significado algo ambiguo (lo mismo puede referirse a tener un “arte” u oficio que a las bellas artes), muy temprano en la historia de las ideas el término se acercó a la cuestión intelectual; al arte de la palabra o del razonamiento.

Fueron los filósofos griegos quienes nos legaron un sentido estético del concepto de arte y a partir de ahí es que muchos otros filósofos han abordado al Arte con este sentido.

Por ello solamente podemos agregar que:

“El Arte no pretende decir lo que es, o cómo es, o por qué es, sino hacer que algo sea”.

13/4/11

La moral


La palabra moral proviene del latín “mos/moris” que en un principio se refería a costumbres y hábitos, posteriormente también sería aplicable para referirse a la personalidad.

La moral es un conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen el comportamiento y se encarga de hacer actuar al individuo de una determinada manera, permitiendo saber qué se debe hacer en una situación concreta.

8/4/11

Parménides de Elea

Nace en Elea, antigua colonia griega al sur de lo que se conoció como la Magna Grecia (hoy Italia). Su nacimiento lo situamos aproximadamente hacia el año 540 a.C. y su muerte hacia el año 470 a.C. Se dice que fue discípulo de Jenófanes, pero no por mucho tiempo, también se comenta que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya, con marcados elementos anti-pitagóricos.

Existen diversos testimonios que apuntan a que fue una persona prominente para su ciudad, en donde pudo haberse desempeñado como jurista o como médico. Platón tuvo en alta estima al filósofo, tanto que en uno de sus diálogos (que lleva precisamente el nombre de Parménides) narra una visita de éste a Atenas, en donde se encuentra y debate con un joven Socrátes, no hay total certidumbre de que este hecho hubiese tenido lugar, sin embargo es de considerar que el autor del diálogo lo mostrase en tan alta estima.

Parménides escribió solamente una obra, un poema filosófico compuesto en hexámetros del cual conservamos la mayoría de los versos gracias a Simplicio. Es a través de este poema que conocemos la doctrina del filósofo mejor que la de cualquier otro autor presocrático. En dicho trabajo se exponen cuestiones como la afirmación del Ser y el rechazo del devenir. Nuestro pensador expone, ahí mismo, que el Ser es uno y que la multiplicidad así como el devenir no son sino mera ilusión.

El poema nos advierte sobre el reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad (siendo el camino que siguió Parménides) y la vía de la opinión (el camino seguido por lo pitagóricos y los otros filósofos presocráticos). La segunda vía va indudablemente hacia el error, ya que afirma la existencia del No-ser, mientras que la vía de la verdad niega la existencia del No-ser y afirma al Ser; de ahí que se descarte “el cambio”, pues necesariamente habría que hablar del No-ser, pero este es imposible según el filósofo.

Para Parménides, el Ser es; ingenito, imperecedero, entero, limitado, inmóvil e idéntico así mismo (a manera de una esfera).

Tradicionalmente se ha contrastado la teoría de Parménides con la de Heráclito, ya que este último afirmaba que “todo fluye”, lo cual esta en flagrante contradicción a las afirmaciones hechas por Parménides. Sin embargo, hay que notar que muy probablemente la negación del devenir que hace Parménides en su poema es más una respuesta al movimiento que señalaban los pitagóricos.

7/4/11

Heráclito de Efeso

Nativo de la ciudad de Efeso, situada en Jonia (en lo que hoy es Turquía), nació aproximadamente en el año 544 a.C. y su muerte la situamos en el año 484 a.C. Conocido como “El Oscuro”, debido a que sus palabras eran enigmáticas y estaban próximas a las sentencias dictadas por los oráculos. Sabemos que fue un hombre de sentimientos encontrados; oscilaba entre lo elevado y un profundo desprecio por los otros. Despreciaba los bienes materiales, así como a los poetas y filósofos del pasado, lo mismo que a la religión y a la política (tan valorada entre los griegos). Por ese carácter misántropo fue un hombre solitario que optó por vivir en los bosques, retirado del contacto humano.

Sabemos de su trabajo por los fragmentos que se conservaron en la obra de diversos comentaristas, no por que exista un cuerpo coherente y ordenado de su única obra titulada “Sobre la naturaleza”.

Heráclito es el pensador del “todo fluye”, consideraba que todo es movimiento y nada permanece estático. Afirmó que existe una eterna lucha de contrarios, un proceso parecido al de un fuego que se enciende en medida constante y se apaga en la misma medida. Por lo mismo se cree que planteaba que todo proviene del fuego, pero lo que hace es plantear metafóricamente al fuego como principio del cosmos.

Según la metáfora de Heráclito; el fuego es el elemento primordial de todas las cosas. El cosmos es uno sólo y nace del fuego y, de nuevo, es por el fuego consumido, en periodos determinados, en ciclos que se repiten por toda la eternidad.

Para el filósofo, solamente la mudanza y el movimiento son reales, todo fluye en cuanto es el resultado de una tensión continua de opuestos en lucha, una tensión en la que se nos presenta el Logos; la ley universal de la naturaleza.

Heráclito consideraba que nada existiría si no tuviese un opuesto; un enfermo solamente puede apreciar la salud por que ha vivido la enfermedad, la paz solamente puede entenderse mediante la guerra.

Pitágoras de Samos

Todo parece indicar que Pitágoras nació en la ciudad de Samos (una isla griega al este del mar Egeo) en el año 582 a.C., fue el mismo lugar donde fundó su primera escuela de pensamiento (de marcada tendencia místico-religiosa). Tuvo que abandonar dicha ciudad a raíz de la persecución que vivió por parte del tirano Policrates, lo que le orilló a refugiarse en Crotona (colonia griega en la península Itálica), donde radicó por mucho tiempo, hasta que fue expulsado por los habitantes de dicha ciudad y terminó sus días en Metaponto en el año 507 a.C.

De la vida de este filósofo casi nada puede ser afirmando con certeza, ya que con el paso del tiempo sus discípulos y seguidores elaboraron una gran cantidad de relatos fantásticos en torno suyo, relatos que se confunden entre realidad y/o ficción.

Por lo anterior, más que poder hablar de Pitágoras hay que hablar de los pitagóricos, puesto que no contamos con ninguna obra del maestro y su figura tiende a desdibujarse entre tantas leyendas y hechos fantásticos a él atribuidos. Con lo único seguro con que de verdad contamos es con los comentarios sobre algunas de las prácticas, ideas y costumbres que el grupo seguía.

Los temas esenciales de la escuela pitagórica fueron en torno a las matemáticas, los números y la armonía subyacente en la música. De marcada influencia órfica, dicha escuela siempre mantuvo un carácter esotérico y secreto a su alrededor, se dice que era conformada por una hermandad con profundos intereses religiosos e intelectuales.

Los pitagóricos, en sentido amplio, se interesaban por el estudio de las propiedades numéricas. Para ellos, los números, constituían el fundamento de donde emanaban todas las cosas. El cosmos era regido, pues, por las relaciones matemáticas que dominaban incluso en la armonía entre las esferas celestes.

Se sabe que eran defensores de la teoría de la trasmigración de las almas, por lo mismo vivían en una estricta vida ascética con la que esperaban purificar sus almas inmortales. Sin embargo, a diferencia de las religiones órficas, los pitagóricos creían que solamente el esfuerzo intelectual por descubrir la armonía y la importancia de los números y sus emanaciones, en el universo, eran las claves para alcanzar la total liberación del alma.

El pensamiento pitagórico, a pesar de no contener mucho de filosófico, es importante porque influirá en personajes como Platón; quien basa gran parte de su teoría psicológica en las ideas pitagóricas sobre el alma.