Anaxímenes nació en Mileto, aproximadamente en el año 585 a.C. y todo nos indica que murió en el año 524 a.C. Sabemos que fue discípulo y compañero de Anaximandro, así como el tercero y último de los representantes de la escuela de Mileto.
En su cosmología este filósofo se opone tanto a su maestro como a Tales, sin embargo toma de ellos ciertos elementos característicos para sustentar su propia idea sobre la cuestión del primer principio, a saber; acepta el concepto de ápeiron de Anaximandro, pero no en el sentido que lo definió su maestro, sino que a manera de Tales regresa a los elementos esenciales para postular que el principio de todas las cosas es el aire, apoyando su idea en el fenómeno de respiración de los seres vivos.
A pesar de que su pensamiento representa un retroceso con respecto a su maestro, hay que destacar que Anaxímenes introduce toda una teoría para dar sustento a su idea. No conforme con decir que todo deriva del aire, el filósofo introduce dos términos para explicar la cuestión; rarefacción y condensación. Así el aire se puede condensar y llegar al estado solido (hasta hacerse piedra), mientras que en el caso contrario, el aire puede calentarse a un punto que produce fuego.
Anaxímenes también comentó en torno al alma, sobre ella advirtió que sin duda era aire, para lo cual debió haberse apoyado nuevamente en el proceso de respiración.
Es innegable que en este filósofo hay todo un proceso de explicación que no encontramos en sus antecesores, lo cual le da su merito con respecto a los filósofos presocráticos, a pesar de que su idea por si misma no sea novedosa o un paso adelante en la cuestión filosófica.
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